Hoy entrevistamos a…Aday Rodríguez

Hoy entrevistamos a…Aday Rodríguez

Hoy entrevistamos a…Aday Rodríguez. Quien no conozca a nuestro querido entrenador, no sabe lo que se pierde. Es un corazón andante, dispuesto a ayudar siempre en todo momento. El altruismo personificado.

Entrenador por vocación que siempre está predispuesto a mejorar sus conocimientos y a nutrirse de la sabiduría de las personas que tiene a su alrededor.

Tenemos la suerte de que actualmente está entrenando a jugadores de canasta pequeña y  por lo tanto la enseñanza de los valores a estos niños está garantizada.

¿Cuándo y dónde comenzaste a jugar a baloncesto y por qué motivo?

Desde la infancia me he rodeado con amigos que solo les gustaba el fútbol y no me sentía integrado en ese mundo. Un día vi a unos niños mayores jugando al baloncesto, ese deporte que seguían por la televisión mi madre y mi tío. Por suerte, esa tarde eran impares y me invitaron a jugar con ellos y hasta la fecha sigo en el mundo del baloncesto.

Empecé con 10 años a formarme en una escuela del Granca con Pepe Alvarado y en uno de los descansos del partido, Antonio Martel me vio jugar, ofreciéndome entrenar en el Ebellasso (antiguo Lasso). Para mí fue mi mejor época ya que enseguida hicimos que el equipo fuera inseparable y  al poco tiempo éramos “los del Lasso”. La siguiente etapa como jugador fue en el CBLP, donde nunca olvidaré los famosos torneos de Navidad enfrentándonos a equipos de fuera de la isla como el Madrid o el Barcelona.

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¿En qué momento decidiste cambiar tu faceta de jugador por la de entrenador?

Con 17 años dejé de jugar, hasta que Antonio Martel me llamó un día y me pidió el favor de ir a la casa a coger unas fichas de un mini que él llevaba. Cuando le entregué las fichas en la cancha me presentó a los niños y estuve en el banquillo con ellos todo el partido, y en ese momento me dí cuenta que aquello me gustaba. Me formé, entrené “escuelitas” y pasé dos temporadas maravillosas en el Aldebarán. También tuve la gran suerte de entrenar junto al CBLP al Coloradas, un equipo sub 22 y senior, con chavales muy especiales donde aprendí a ser más competitivo y mejor entrenador junto a Josué Delgado a la cabeza.

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¿Cuéntanos una anécdota que recuerdes como jugador y otra, como entrenador?

Esta es una de las primeras anécdotas que recuerdo como jugador: en varias ocasiones, mi entrenador grababa los partidos para luego verlos juntos. En uno de los torneos le quitamos la cámara para grabarnos vídeos y sin querer le borramos todos los partidos al entrenador. Otros momentos anecdóticos que recuerdo como entrenador es la vergüenza de un alumno al llamarme papá en un partido y que a más de uno se le relaje el esfínter al hacer los estiramientos.

¿Qué entrenador o entrenadora te causa admiración y por qué?

Admiro al entrenador Pedro Martínez por su trayectoria y su estilo de juego, su trato prudente y respetuoso en la cancha y la proximidad con sus jugadores. Lo poco que sé de él me parece un entrenador que ha evolucionado positivamente en su trayectoria deportiva siendo fiel a sus principios y defendiéndolos en todo momento.

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Desde hace tiempo eres un componente importante en el CBLP. ¿Qué señas de identidad crees que transmite esta familia deportiva?

Este club se identifica por transmitir, a través de la enseñanza deportiva, valores como el respeto por el juego limpio, el buen comportamiento dentro de los recintos deportivos, y sobre todo el afán de superación del club por mejorar cada día.

Para ti, ¿qué valores deben primar en los jugadores cuando realizan la práctica deportiva?

Para mí, en los jugadores deben primar los valores que transmite cualquier deporte: esfuerzo, superación, perseverancia, etc, pero sobre todo no olvidarnos nunca del respeto, la deportividad y el compañerismo por encima de todo.

Hoy entrevistamos a…María Cristina Rodríguez

Hoy entrevistamos a…María Cristina Rodríguez

Es una mujer sencilla, humilde y de un talante tranquilizador para los que la rodean. Compañera de todos y siempre predispuesta a ayudar.

Entrenadora de larga experiencia que aporta serenidad y grandes conocimientos deportivos a los jugadores de nuestro club.

Pertenece a la directiva del Club Baloncesto Las Palmas desde hace unos años. ¡Hoy conocemos a M.ª Cristina Rodríguez!

¿Cuándo y dónde comenzaste a jugar a baloncesto y por qué motivo?

Empecé en este deporte en el Loyola, tenía 16 años  y el entrenador era  el conocido Pepe Cabrera. Había conocido el baloncesto en mi colegio, las Dominicas; pero fue en 1º de BUP cuando realmente fiché, me convencieron que por mi altura sería un buen deporte para mí.

¿En qué momento decidiste cambiar tu faceta de jugadora por la de entrenadora?

Por falta de equipos femeninos en la competición, me vi obligada a abandonar mi fase de jugadora, pero en ningún momento iba a separarme del baloncesto. Dio la casualidad de que, el mismo año que se deshizo el equipo donde yo jugaba, se impartía un curso de “monitora de baloncesto” (lo que equivale actualmente al nivel 1). El propio club que me vio como jugadora, me dio la oportunidad de hacer las prácticas con ellos, ahí reafirmé mi ilusión de trabajar con niños/as añadiendo mi pasión por este deporte.

¿Durante tu faceta de entrenadora has dirigido a equipos masculinos y femeninos? ¿Qué diferencia principal ves entre ellos?

Sí, he podido dirigir y experimentar en equipos masculinos y femeninos. Desde mi punto de vista y mi experiencia, el entrenar a un género u otro en categorías pequeñas realmente no tiene mayor diferencia, exceptuando el hecho de que, lo normal aparentemente en esta sociedad es criar al niño dentro de alguna dinámica deportiva mientras que, en las chicas, la curiosidad deportiva es más tardía (menos las hijas o familiares de deportistas). La mayor diferencia realmente es el apoyo que se ofrece; un equipo de niños, jugando desde pequeños juntos, por muchos partidos que pierdan, por mucho que no se mejore, siempre tendrá más apoyo que un equipo femenino que gane todo. Por ello,  se hace muy complicado enganchar a las niñas, ¿cómo le dices a una niña que siga dando su tiempo a un deporte cuando la sociedad no está interesada en ello?

¿Cuéntanos una anécdota que recuerdes como jugadora y otra, como entrenadora?

Tengo dos anécdotas que nunca se borran de mi cabeza. La primera es mi primer partido, apenas sabía lo que era botar en ese momento y en el instante que recibí mi primer balón, salté y caí con el balón aún en mis manos; el árbitro me pitó pasos y yo no sabía por qué me habían quitado el balón. Con el paso del tiempo fui aprendiendo, pero no paraba de estar por los suelos y tirarme a por cualquier balón, en mi equipo me empezaron a llamar “la minera”; y mi segunda anécdota es que, estaba tanto en el suelo que hasta metí una canasta sentada (mi hija hizo lo mismo años después).

Como entrenadora, me quedo con el cariño que me han mostrado y demuestran los jugadores a los que he visto crecer, sintiendo que algo he podido hacer bien.

¿Qué entrenador o entrenadora te causa admiración y por qué?

Esta pregunta es difícil de responder, ya que hay varios en esa lista. Finalmente me decanto por Lolo Sainz, simplemente porque ha sido uno de los portavoces de que el baloncesto no es un conjunto de jugones, sino un deporte de equipo en el que la cohesión y el respeto mutuo son primordiales en el grupo. Motivación, concentración, comunicación, humildad y confianza, cinco palabras donde este entrenador asentaba las bases de su equipo, ojalá saber transmitirlo a los jugadores como él lo hacía.

Desde hace mucho tiempo eres una componente esencial en el CBLP. ¿Qué señas de identidad crees que transmite esta familia deportiva?

La seña de identidad de este club son sus entrenadores, que aman este deporte incondicionalmente. A través de ellos, el club consigue que nuestros jugadores se impregnen de esa pasión hacia ese balón y todo lo que representa. Dentro del club sabemos que estamos transmitiendo valores deportivos, ayudando en el crecimiento del jugador también en la parte personal.

Para ti, ¿qué valores deben primar en los jugadores cuando realizan la práctica deportiva?

Se podría decir que hay muchos valores, pero el de ser humildes y respetuosos es esencial, ya no en cualquier jugador, sino en cualquier persona. Todos tenemos nuestros puntos fuertes, medios y no tan fuertes, si nos dedicamos a solo ver nuestros puntos “fuertes” y destacar los “no tan fuertes del otro,” el deporte del que me enamoré desaparece.

Tu hija sigue tus pasos en el baloncesto (jugadora y entrenadora). ¿Qué sientes ante esta situación?

Principalmente, quiero destacar que mi hija no sigue mis pasos, ella va más allá y quiere llevar esa pasión a una etapa profesional, lo mío es más un hobbie. Con ello no quito méritos, tanto su padre como yo hemos sido jugadores y entrenadores, por lo que hemos intentado transmitirle los valores de las canchas con los que nosotros crecimos. Uno de mis miedos como madre era que estuviese en baloncesto sólo por agradarme, pero ella se enamoró del baloncesto tanto o incluso más que yo, hasta el nivel de que no ve su futuro sin estar relacionada con él. Intento apoyarla porque se lo importante que es para ella y estaré en todos los obstáculos que le quedan, pero quiero que sepa que los pasos que está dando, por muy pequeños que sean, sirven y cada vez se acerca más a la vida que quiere.

Compartir esto con la persona más importante de mi vida es una sensación imposible de describir.

Algunas veces has realizado las valiosas funciones de delegada. ¿Qué nos puedes contar de esta experiencia?

He de decir que me agrada saber que todavía hay personas que realmente saben que la función de delegada es eso, VALIOSA. Como cualquier otra función en el equipo técnico, esta también es importante, ya que es el puente entre entrenadores-equipo-padres, pero esta función no se ve tan reflejada, es un trabajo que se realiza en lo más profundo del equipo, es la parte más afectiva. Aún así, a los/las delegad@s también se les exige el control de documentos, información necesaria para el equipo, tener conocimientos técnico/tácticos y una serie de acciones que hacen que el equipo no tenga que preocuparse sino de escuchar las indicaciones del entrenador, estar concentrados y darlo todo.

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Hoy entrevistamos a…Rolando Trujillo

Hoy entrevistamos a…Rolando Trujillo

Hoy entrevistamos a…Rolando Trujillo

Rolando , Kiko para los amigos, es ese tipo de personas que con su talante positivo hacen que los que están a su lado se sientan más felices. Escucharle hablar de baloncesto es como sentarse delante de esas revistas técnicas que contienen en cada página artículos de sabiduría.

Formado como jugador en la mítica Unión Deportiva Las Palmas recala en diferentes clubes de la isla para realizar distintas labores relacionadas con nuestro deporte: entrenador, director técnico, padre de jugador…

Hoy nos acercamos a un sabio del baloncesto de Gran Canaria.

¿Cuándo y dónde comenzaste a jugar a baloncesto y por qué motivo?

Exactamente no lo recuerdo, estaba en 7º u 8º de EGB, alrededor del año 80/81. Me inicio con la U.D. La Palmas que en esa época tenía sección de baloncesto, en el colegio Cervantes. ¿Motivo? Jugué un partido en mi colegio de liga interna (6-6 quedamos, ¡partidazo!) al que me apunto de casualidad, me gustó y en mi clase estaba Maillo que jugaba ya con la UD, hablé con él y para allá fui a probar. En el primer entrenamiento me doblé un tobillo, pero volví y ya me quedé.

Entrenador-Kiko-CB-Alcaravaneras

¿En qué momento decidiste cambiar tu faceta de jugador a la de entrenador?

No lo recuerdo como una decisión. Siendo, creo que jugador juvenil de 2º año, el alma mater del Cervantes, Manolo Hernández César, me propone ayudar al club haciéndome cargo del cadete de primer año y acepto. Yo ya estaba finalizando mi carrera como jugador y de esa forma seguía vinculado a mi club. Con esta nueva faceta me sigo sintiendo parte de la familia, y que estoy en mi casa. Todo discurrió de forma muy natural.

Cuéntanos una anécdota que recuerdes como jugador y otra como entrenador

Como jugador recuerdo mi primer partido de baloncesto federado en el Cervantes, sacamos de fondo, recibo más o menos en medio campo, me quedo totalmente helado con el balón en las manos, se acerca caminando mi defensor, me coge el balón de las manos (no necesitó quitármelo)  y veo como se va botando a meter canasta. Perdimos 9-90, creo que no ayude mucho ese día.

Como entrenador hay muchas. Una buena fue entrenando en la liga senior insular al Cervantes-Vegueta (la vida me llevó de nuevo a mis orígenes). Me encuentro con Toni Esparragón que en ese momento entrenaba al Archipiélago8 de mi misma liga, de hecho nos enfrentábamos en un par de semanas, hablamos de baloncesto y me comentó que está teniendo problemas con una defensa en zonas que quería meter a su equipo, no tenía claras las rotaciones. Yo le digo que si quiere nos sentamos y le ayudo, de repente me dice que si voy a su entreno a explicársela a los jugadores, le digo que sí y allí estaba yo en un entrenamiento de mis rivales explicándoles como hacer la defensa que me iban hacer a mi. Pero era Toni Esparragón, imposible decirle que no, y además me pareció hasta bueno hacerlo, es baloncesto, somos amigos.

Has tenido la posibilidad de dirigir a jugadores de distintas categorías, ¿prefieres entrenar a jugadores de edades tempranas o de categorías senior? ¿y por qué?

No es preferencia, es sólo distinto. En senior cambia el lenguaje, partes de lo que ya saben,      pero no hay tantas diferencias.

En edad temprana lo importante es el detalle técnico, que mejoren individualmente y que aprendan a asociarse.

En senior lo importante es el detalle táctico, que pongan su individualidad al servicio del grupo. Como ves, creo que al final lo importante en todas las categorías es el grupo, asociarse.

Entrenador-Kiko-Sub22-CB-Las-Palmas

Ejerciste labores de director técnico del C.B. Loyola. ¿Qué prioridades te marcaste cuando cumpliste dicha posición?

Fue poco tiempo, creo que dos temporadas. Lo importante era completar los equipos con niños del colegio, tener equipos de cada categoría, luego detectar entrenadores potenciales dentro de los equipos mayores (cadetes y juveniles) para que se implicaran con las pequeños, y con esta acción potenciar el sentimiento de pertenencia a un grupo, que no es un trabajo, es pasión. Y por supuesto, no hacer disparates. La técnica individual por encima de todo y mucho trabajo.

Dentro de tu extensa aportación al mundo de la canasta  participaste en el programa de la Federación Española de Baloncesto, Baloncesto sin Límites. Cuéntanos en qué se basaba esta apasionante experiencia.

Eso fue una oportunidad que me brinda la Federación Canaria tras la renuncia de Carmelo Cabrera. Se pusieron en contacto conmigo por medio de Federico García Soto. Consistía en ir a entrenar a la Cárcel de Juan Grande, a las presas del Módulo de Mujeres.

A nivel técnico/táctico no tiene más, alguna sabía hacer algo, la mayoría no sabía hacer nada, buenas condiciones de entreno y cero problemas.

A nivel humano la experiencia fue increíble, sólo el proceso de entrada y salida del recinto es para vivirlo, era un grupo de 12-15 mujeres con las que entrené estupendamente.

El objetivo principal era sacarlas de la rutina de la cárcel durante un rato, entrenamientos dinámicos, mucho juego, respeto de normas y complicarles poco la vida con técnica individual.

El director del programa a nivel nacional era Fernando Romay, vino dos veces y cuando te dice que el programa está en varias cárceles pero que aquí es donde más éxito de participación tiene, pues te alegras y te refuerza lo que estás haciendo. Pero pasó lo que me dijo Romay en una comida que hicimos, esto dura hasta el Mundial, luego se acaba; y efectivamente así fue.

Actualmente eres entrenador del Club Baloncesto Las Palmas. ¿Cuando y cómo llegaste a nuestro club?

Pues llevaba varias temporadas alejado del Baloncesto, mi hijo finalmente se decide por practicar este deporte. Creo que llamé a Pedro o me encontré a alguien que me habló del club, vine y vi que estaban muchos de mis conocidos aquí, gente con la que yo podía dejar a mi hijo y marcharme tranquilo, que estaba con buena gente, y empecé como padre en la grada del Instituto de La Minilla.

Un día Pedro me dice que si puedo bajar a la cancha y ayudar a un entrenador que iba a empezar precisamente con el grupo de mi hijo, el entrenador que tenían lo dejaba, con la temporada ya empezada y lo mismo que te conté antes con Esparragón…viene un amigo, te pide ayuda, es baloncesto, y no puedes decir que no. Ahora, aquí estoy, mi hijo ya no está jugando y yo sigo enredado con el baloncesto.

Rolando-Trujillo-hijo-CB-Las-Palmas

¿Qué destacarías de la familia del CBLP?

Cercanía, mucha humanidad, que primero somos personas y luego hacemos baloncesto. Que si levantas la mano y pides ayuda te va a sobrar gente que lo haga, que si vienes a sumar vas a multiplicar y si vienes a restar mejor quédate en casa, que la formación y el aprendizaje es una obsesión.

Como te dije antes yo dejaba a mi hijo en la puerta y me iba tranquilo, que iba a estar con buena gente. Que haremos mejor o peor baloncesto, que haremos mejor o peor las cosas, pero que el objetivo principal es ser felices haciendo lo que nos gusta.

Basándote en tu extensa experiencia, ¿podrías darle un consejo a los niños que deciden practicar el baloncesto por primera vez?

Que si les gusta ésto, que no se rindan a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera, que siempre hay un sitio donde hacer baloncesto, que al final lo que te llevas son amigos, que es solo deporte.

Que ganar y perder no es lo importante, sino como se gana y como se pierde. Que lo más divertido son los entrenamientos. Que llevo 40 años en ésto y sigo viniendo porque me divierto.

¿Y te importaría darle otro consejo a las personas que deciden introducirse en el fascinante mundo de la dirección de equipos?

Que tengan humildad, que no olviden que los jugadores si tú no vas, juegan una pachanga, y si ellos no vienen no hacemos nada.

Que primero hagan equipo, que el refuerzo positivo es una herramienta fantástica, que esto también tiene que ser divertido para el entrenador.

La mayor satisfacción es ver a un jugador hacer en la cancha algo que antes no hacía. Y que perder partidos es la cosa más normal del mundo.